Quien lo escribe se presenta.


Transcurría la vida entre obligaciones rutinarias, iban pasando las semanas que daba paso a los meses y estos a los años, que transitaban sin detenerse. Cada día me pesaba más el haber dejado los estudios, empujado por mi afán, mi prisa, mi curiosidad, o  tal vez por mi  sentido de responsabilidad o la falta de ella, no sé. El caso es que a una edad muy temprana puse fin a los estudios básicos y decidí incorporarme de lleno a la “vida adulta” donde lo importante era el trabajo y todo lo que se movía a su alrededor.  Por supuesto no tardé en dejar el equipo de fútbol donde jugaba desde pequeño y todas las actividades que giraban en torno, ya no formaban parte de mi nueva realidad. Eso sí, pensaba  en sacarme el carnet de conducir lo antes posible eso era indiscutiblemente obligatorio y marcó un después en mi autonomía y como no en mi responsabilidad.

Debido a mi carácter extrovertido y abierto, unido a mi curiosidad, me valieron para compaginar con las personas adultas con las que me tenía que relacionar a diario en el trabajo y aprender de ellas. Esto me hacía sentir realizado y totalmente integrado. Esta etapa me enseñó muchas cosas que se imponen en el ejercicio de vivir.

Hubo un día en que la conversación con un amigo cambió mi rutina y más que despertar mi curiosidad, podría decir que la guió. Me comentó que retomaría sus estudios en un centro de estudios de personas adultas e igual que anteriormente decidí  incorporarme a la  “vida adulta” esa vez  decidí zambullirme en el mundo de la enseñanza  adulta. Al día siguiente de esa conversación me encontraba comprando material escolar,  y aunque me sentía raro en aquel lugar rodeado de lápices, bolígrafos, libretas, agendas, etc , tenía mucha ilusión en adentrarme en mi nuevo proyecto.

Siempre he creído en las personas,  en sacar lo positivo de ellas, que para bien o para mal, pienso que  nutre tu crecimiento personal. Sería por eso o por otras muchas cosas, supongo, por la que  un día tenía claro que quería estudiar psicología. Pasaban los años y el objetivo que un día estaba lejos en el tiempo pasó a verse cada vez más cerca, y como no, a formar parte de mi nueva realidad.

Actualmente trabajo en una clínica y me dedico a la psicoterapia, mayormente en adultos, con todo tipo de dificultades. Siempre les digo a mis pacientes que yo no soluciono las dificultades, sino que conjuntamente vamos a colaborar para que aprendan herramientas y estrategias que les empujen a afrontar con el mayor éxito los devenires de la vida. Los problemas son un conjunto de dificultades que no dejan ver la solución y en eso se trabaja.




Me llamo Domingo Martín Déniz soy psicólogo de vocación y quiero abrir mi cajita de conocimientos  para compartirlos, despertar la curiosidad del lector, y como no, darme a conocer. Pretendo escribir en este mi blog, y  mi nuevo proyecto,  artículos de divulgación psicológica, donde un lector curioso y ávido por aprender,como usted, que lee estas líneas,  pueda informarse de lo que se maneja en la psicología cotidiana. No se trata de un blog de autoayuda ni de consultas on-line sino meramente informativo que va dirigido a personas no expertas y que espero querido lector que le sea de interés, y como no, sea partícipe si lo desea con sus comentarios.

Sin más, les doy la bienvenida  a mi particular ventana que se abre al conocimiento y a la divulgación, que tal día como hoy nace para ustedes.


Domingo Martín Déniz. Psicólogo General Sanitario. Masters en práctica clínica en salud mental.

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