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Nunca había sido un amante de los perfumes y menos aquellos
que tienen un olor fuerte que se instalan en la nariz sin dejarte oler nada de
lo que te rodea, encima algunos hasta marean y no solo por el precio. Tampoco
me gustaban aquellas canciones excesivamente lentas, me parecían aburridas y
monótonas. Lo mío es la música fuerte, estridente esa que te hace moverte casi
sin querer (para la gente con ritmo) :).
Hace ya casi un año que no veo a Julia, una chica con la que
estuve, de la que tengo buenos recuerdos. Amante de los perfumes potentes, esos que antes ni me gustaban, y de las
baladas pegadizas en inglés, que aparte de no entenderlas no me decían nada.
Ahora resulta que
cada vez que huelo ese perfume oloroso y penetrante, me resulta embriagador y
si eso se acompaña con la música que escuchaba con ella, como dice un dicho
popular en mi tierra “apaga la luz y vamos”. Ese conjunto de olor-música
ahora resulta que hasta me gusta, quién me lo iba a decir, me hace revivir muy
buenas sensaciones que parecen que se hacen presentes.
Una vez recuerdo, con cierto escalofrío, que iba con ella en el coche y fuimos
testigos de un grave accidente. En ese momento sonaba en mi coche una de mis canciones favoritas, a partir de ese
día ya no es mi preferida, ahora me genera recuerdos negativos acompañado de
sensaciones extrañas.
A veces me pregunto como algo que antes pasaba desapercibido
e incluso llegaba a molestarme ahora me gusta e incluso lo busco. Y qué decir
de mi canción favorita que tanto disfrutaba escuchándola que ahora no aguanto.
¿Le estará pasando algo a mi querido cerebro?
Después de leer con detenimiento la historia seguramente le recordará algún acontecimiento de su vida, que en algún momento quedó grabado a fuego. Tanto para bien como para mal, condicionados por la vida, da título a este artículo que sus ojos tienen prisa por leer y que trata de explicar cómo aprendemos con el ejercicio de vivir.
Pues bien, póngase el cinturón que empezaré con el tema
teórico, un poquito solo no se asuste. Los seres
humanos, como un animal más que somos, tenemos comportamientos denominados
“reflejos” que son respuestas
involuntarias a una estimulación que tiene como fin la supervivencia, con lo cual son
innatos y necesarios. Un ejemplo claro de esto es la respuesta de parpadeo y lagrimeo, cuando notamos algunas partículas indeseadas en el ojo, esto nos protege
nuestra vista.
¿QUÉ OCURRE CUANDO DE REPENTE ALGO TOMA PROTAGONISMO EN MI
VIDA QUE ANTES SENCILLAMENTE NO EXISTÍA?
Un poquito de historia para situarnos querido lector/ra, no se asuste. Esta pregunta fue la
que se hizo el gran Ivan Pavlov (
para saber más buscar en wikipedia) que abrió la “caja de Pandora” del
aprendizaje hace ya más de 100 años, casi nada, y descubrió el reflejo
condicionado bautizado como condicionamiento clásico. Este es un tipo de
aprendizaje asociativo que es lo que explica, a grandes rasgos, la asociación
que hizo el protagonista de nuestra historia con el perfume y la sensación de
bienestar que le generaba, después de haber compartido buenos momentos con su
amada.
Aunque parezca compleja la cascada de reacciones de nuestro protagonista, está lejos de serlo
y es más curioso que otra cosa. A un
nivel básico, la clave de este aprendizaje radica en cómo asociamos los estímulos vitales,
llamados en términos más psicológicos “incondicionados”, que generan respuestas
automáticas instintivas, con los estímulos de nuestro entorno que son neutrales
denominados “condicionados”.
Explicándolo en castellano y puestos en nuestra historia,
nuestro protagonista aprendió que el olor de aquel perfume, que en un principio
no le gustaba,(estímulo condicionado) traía consecuencias placenteras ya
que fue acompañado durante un tiempo de
los momentos idílicos y orgásmicos (estímulos incondicionados) que vivió con su amada.
Por el contrario uno de sus temas musicales favoritos ya
había dejado de serlo porque se había asociado a la imagen dantesca de aquel
accidente que presenció. Y es que el aprendizaje de las cosas negativas es más
rápido y en ocasiones con solo una asociación. Un ejemplo muy claro de esto es
cuando una comida que antes nos gustaba, un día resulta que nos cae mal ya la
aborrecemos y si nos atrevemos a comerla nos generará malestar probablemente.
Personalmente eso me pasó con el cazón en adobo, ya no puedo probarlo!!!.
¿TENDRÉ ALGÚN PROBLEMA SI SOY PRESA DE UN CONDICIONAMIENTO
CLÁSICO?
Puede estar tranquilo, la respuesta es NO. Durante nuestra
vida cotidiana estamos expuestos a muchos condicionamientos, aquella música de
nuestra serie favorita, el olor a bronceador de coco que nos sumerge en el
verano ( esto a mi me a atrapado), una infinidad de cosas que asociamos. Todo ello forma parte de nuestra
capacidad ilimitada de aprender en el
ejercicio de vivir.
¿Para qué sirve entonces ese condicionamiento clásico del
que hablas?
Pues sirve para intervenir por ejemplo en las fobias, que básicamente son miedos desproporcionados
hacia algo, sea esto una cosa o situación. Se trata de desaprender exponiendo a
la persona a esa cosa o situación e ir asociándolo con situaciones de no
peligro de manera progresiva.
CURIOSAMENTE en los
perros se ve claro y es que se adiestran con condicionamiento clásico. Los
perros por ejemplo que buscan droga o
explosivos, se les asocia el olor de la sustancia con algún juguete que luego
le dan y básicamente buscan el juguete mediante su gran olfato.
¿LA PUBLICIDAD NOS PUEDE CONDICIONAR?
Pues SI y los que lo hacen lo saben, ya que los anuncios asocian bebidas, ropa, complementos, aparatos electrónicos, etc con un supuesto éxito social, un determinado estatus en fin, que seremos más guays si los adquirimos. O te viene el de Media Mark y te repite una y otra vez “yo no soy tonto” asociando que es tonto quien no compra allí, en fin, vivir para aprender.
Algunos se preguntaran ¿pero qué pasa que siempre estamos
aprendiendo?
Pues SI, prácticamente todo el tiempo estamos aprendiendo,
cuando vamos caminando por la calle y tomamos un punto de referencia para
orientarnos (yo personalmente soy medio desorientado…..pero lo estoy mejorando)
cuando vamos algún sitio y miramos la hora….aprendemos que no son horas para
ir……….. Todo esto aunque algunos/as se empeñen en que ya no van a aprender más,
ENHORABUENA SEGUIRÁ USTED APRENDIENDO.
¿PUEDO TENER ALGÚN PROBLEMA SI APRENDO ALGO QUE ME GENERA
MALESTAR?
Pues se puede decir que más que un problema podía ser una
dificultad en algunas circunstancias. Son los condicionamientos más rápidos y
potentes, como se suele decir, lo malo se pega rápido y no está lejos de ser
así, esto pueden ser las fobias. Estas aparecen cuando se
ha producido, a veces sin saber exactamente por qué, una asociación de un
miedo intenso (estímulo incondicionado) con alguna situación u objeto, como
pueden ser la fobia a la sangre, a hablar en público, a subir en avión, miedo a algún animal, etc.
Entonces....... ¿se puede
curar una fobia?
Pues SI y básicamente SE TRATA DE ROMPER ESA ASOCIACIÓN.Hay que
exponerse progresivamente al estímulo
fóbico que se desencadene el miedo y poco a poco nuestro organismo se habituará
a la situación, formándose otra nueva asociación. Hay que decir que existen tipos y grados de fobias en las que
las exposiciones son más largas y
complejas y que tienen que ir siempre guiadas por un profesional de la psicología.
¿ Qué aprenderemos hoy ?.............................
Domingo Martín Déniz, psicólogo Masters en práctica clínica en salud Mental.
Buen artículo, sin embargo, difiero de tu expresión DESAPRENDER, desde las teorías de aprendizaje y desde la neurociencia sabemos que no se desaprende, prueba de esto son todos los fenómenos de recuperación de respuesta post extinción. Lo que ocurriría en la DS (desensbilización sistemática) y en la extinción en general es que aprendemos una nueva asociación que nos permite responder de otra forma frente a los estímulos que antes nos elicitaban (por ejemplo) ansiedad
ResponderEliminarEn un primer momento se "desaprende" esa asociación que genera malestar al instaurar otra mas adaptativa, a un nivel superficial,cierto es que en muchos casos ese aprendizaje, aunque no se manifieste en un principio, pueda recuperarse, de ahí las evidencias de recuperación post extinción.
ResponderEliminarPor lo tanto puede que la expresión desaprender no esté bien y pueda llevar a confusión....mejor la expresión romper esa asociación y sustituirla por otra.
Me alegra saber que mis artículo generan interés y como no críticas constructivas....y valga la redundancia, se aprende, ese es el objetivo....