viernes, 31 de mayo de 2013

Negatividad: quien la transmite y el peligro de su contagio.


Tiempo de lectura: 4 min


La vida transcurre ajetreada como siempre, el ajustado horario laboral, la vida familiar, el deporte con los amigos, la pareja y las preocupaciones cotidianas normales que se afrontan como puede. Pedro se considera una persona activa, con una vida plena, dinámica y amigo de sus amigos. Siempre intenta estar ahí para ayudar, arriesgándose al “contagio” que supone acercarse y relacionarse con personas negativas.

Como casi todos, Pedro tiene amigos considerados negativos que se acercan a él para utilizarlo como un contenedor donde depositar la energía negativa altamente radiactiva. Estos llegan y sin previo aviso te empiezan a contar lo desgraciados que son, lo mal que se porta la vida con ellos y como no, nombran de manera sistemática las palabras “mala suerte”. A la menor señal de positivismo que ven en la otra persona, estas encienden la maquinaria de la argumentación a favor de su negatividad, concienzudamente estudiada y detallada, para que no quepa ninguna duda de la veracidad de los hechos negativos que lo envuelven.

Pedro se ve por momentos desolado en mitad de la conversación y lo que antes consideraba una buena salida ahora se torna de color gris oscuro. Percibe que está siendo arrastrado a la zona pesimista de la cosas, al catastrofismo que por un momento le envuelve como una ola te revuelca sobre la arena.

Termina la conversación con esta persona y amablemente se despide. Ha llegado cargado del terrible virus de la negatividad, lo ha descargado y ha infectado, sabiéndolo o no, parte de la energía positiva que desprendía Pedro.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Conformismo: Resultado de ser sociales.


Tiempo de lectura: 5 min.


Allá por los años 50 un inquieto psicólogo llamado Solomon Asch quiso investigar de que forma la opinión de un grupo puede influir en la conducta individual, lo que denominó "conformismo grupal". Para ello fue a un instituto donde se presentó como un oculista que iba a realizar pruebas de percepción del tamaño y llevó a cabo un sencillo experimento. Para ello  organizó a un centenar de jóvenes en grupos de ocho personas donde siete eran compinches del investigador que les dijo que tenían que responder incorrectamente  y  un octavo "coballa" desconocía de que iba todo. 

Posteriormente iban pasando cada grupo a una sala donde se les mostraba una serie de láminas en las que había dibujadas cuatro líneas verticales numeradas, de las cuales dos eran del mismo tamaño, y se les preguntaba que líneas eran iguales. La respuesta estaba clara y no daba lugar a dudas. Esto se hacía de tal forma que el que desconocía todo contestara en último lugar después de que el grupo uno a uno  se decantara en voz alta por la opción incorrecta . Para disimular un poco dos de los compinches respondían diferentes respuestas al resto pero siempre incorrectas. Este ejercicio se repitió de la misma manera con diferentes grupos una veintena de veces por cada voluntario "coballa" que participó en el experimento.

Los resultados fueron muy esclarecedores a la vez que sorprendentes, solo el 25% de los "coballas"  mantuvo su criterio firme según lo que pensaban, el resto se dejó influir y arrastrar al conformismo al menos en una ocasión por la visión de los demás. Tanto es así, que los alumnos "coballas" respondieron incorrectamente para no ir en contra de la mayoría. Finalizado el experimento estos alumnos reconocieron que distinguían perfectamente la respuesta correcta pero que respondieron mal por no decirlo en voz alta por miedo a equivocarse, al ridículo o a ser el miembro que llevaba la contraria al grupo. A día de hoy los resultados de este y otros experimentos parecidos siguen fascinando a los científicos que estudian el comportamiento humano.

viernes, 17 de mayo de 2013

Creencias y expectativas ¿ nos curan o nos matan ?


Tiempo de lectura: 5 min

Mario un estudiante universitario decidió participar en una investigación que se realizaba en su Universidad, donde querían probar la eficacia de un fármaco en dos grupos. Uno como control, donde se administraba una pastilla de azúcar totalmente inofensiva y otro como experimental, se administraba una pastilla del fármaco original. Mario pertenecía al grupo control, pero él no lo sabía, he aquí la clave del asunto.

El estudio duró alrededor de tres meses y cada miembro de ambos grupos disponía de las pastillas para tomarlas una al día, haciendo vida normal. Un día Mario discute con su pareja y deciden separarse después de años de relación. Este hecho le afectó enormemente, tanto que decidió tomarse  el bote de pastillas de azúcar inofensivas entero, pensando que era el fármaco y eso lo mataría. Automáticamente se empezó a sentir mal, su pulso se debilitaba y tuvo que ser ingresado de urgencia.  Cada vez sus constantes vitales descendían  y se temía por su vida.(Historia basada en un caso real).

A toda prisa acudió al hospital el responsable de la investigación y habló con Mario, le dijo: “Mario las pastillas que tomaste no era el fármaco del estudio, tú pertenecías al grupo control esas pastillas eran de azúcar”. De repente sus constantes vitales se recuperaron y  le dieron el alta médica.

Ahora me pregunto: ¿qué le pasó al protagonista de nuestra historia? ¿Si no le avisan de que lo que tomaba era inofensivo se podría haber muerto?


lunes, 13 de mayo de 2013

Ansiedad ¿ amenaza real o imaginaria?


Tiempo de lectura: 4 min

Como cada Viernes hay reunión con el jefe y esta vez toca  hablar de el aumento de sueldo que nos debe. El mero hecho de entrar por la puerta de su despacho, hace que el corazón se acelere, la boca se seque y el estómago se haga un nudo. Hace algo mas de una semana  que ronda por mi cabeza lo mal que puede salir esa reunión, lo estricto que se va a poner y si voy a ser capaz de defender mi postura de manera segura. Los pensamientos negativos se amontonan y no pueden parar,me acelero, parece que me voy a volver loco.

 El café de por la mañana no lo saboreo como antes y a la hora de desayunar me cuesta tragar la comida. Ando despistado por casa, no me puedo concentrar en actividades que antes me entretenían. Parece que el corazón se va a salir del pecho y pienso si me puede dar un ataque al corazón. Y encima estoy resfriado.
Al fin estamos todos sentados reunidos se comentan los puntos acordados, defiendo la  parte que me toca y se llega a un acuerdo. Llego a casa, como en abundancia, la tensión ha desaparecido  parece que soy otra persona  y ya el corazón va un ritmo normal.

La historia que narro arriba es un buen ejemplo de lo que se conoce como ansiedad o nerviosismo que no se puede controlar y que altera por completo la vida de cualquier persona. Es mas, este estado de activación incontrolada  mantenido durante mucho tiempo tiene efectos devastadores en el organismo. Entre ellos podemos destacar la afectación del sistema inmunológico, subida de los niveles de glucosa en sangre, subida de la tensión arterial, úlceras de estómago, enfermedades del corazón, disfunción sexual y un largo etcétera.

lunes, 6 de mayo de 2013

El psicólogo: mitos y leyendas


Tiempo de lectura: 6 min

Como primer artículo que inaugura este espacio les presento un tema que veo crucial para entender la psicología como disciplina  y los mitos y leyendas que circulan en torno a  la figura del psicólogo como su máximo exponente.


Según la RAE psicólogo es:” especialista en psicología y persona dotada de especial penetración  para el conocimiento del carácter y la intimidad de las personas”. Esta definición no deja de ser controvertida ya que puede llevar a confusión y de hecho existe un gran desconocimiento acerca de qué es un psicólogo, ya que existen muchas leyendas urbanas que lo elevan a la categoría  de chaman moderno  o lector de mentes que van por la vida analizando a la gente.

Pues bien, en primer lugar decir que la definición que más se acerca a la realidad del significado de psicólogo es: una persona, que tras estudiar la licenciatura en psicología o el grado en una Universidad, ha adquirido los conocimientos suficientes para  el abordaje científico del comportamiento humano y como tal es especialista en psicología. Por lo tanto la psicología por sí misma no es una cualidad innata que se posea o no, que lleva a algunas personas a decir “esa persona tiene mucha psicología” confundiendo la psicología como ciencia que estudia los procesos mentales  con algunas habilidades y características que pueda poseer una determinada persona, como pueden ser su empatía para comprender a los demás, su intuición,  su habilidad para convencer, para escuchar y comprender las vivencias de los otros, etc. Estas habilidades son importantes para un psicólogo, por supuesto que sí, y dependiendo del ámbito en que desempeñe su trabajo, serán esenciales  ya que forman parte de sus “herramientas” para unos buenos resultados en su quehacer profesional. Pero solo teniendo esas habilidades y sin los conocimientos específicos que aporta la titulación acreditativa  no se puede adquirir la categoría  de psicólogo como persona formada en la ciencia del comportamiento y por ende científico.

Imagínese querido lector que alguien que le gusta mucho la arquitectura, pero no tiene la titulación de arquitectura, y que conoce bien diferentes tendencias arquitectónicas, sus nombres, como se hizo determinadas obras, la maquinaria que se utilizó para hacer un determinado puente, los materiales utilizados,  porque se pusieron los tornillos así y no de la otra manera, etc. Después de tener una conversación con esta persona, y posiblemente me quede  impresionado,  digo “esta persona tiene mucha arquitectura” ¿cómo suena?  A  mí me suena como si alguien de manera innata tuviese mucha arquitectura como un rasgo de personalidad  que se tiene o no. Esa persona en concreto ¿podría hacer un puente  al igual que alguien que “tiene mucha psicología”  puede ser el psicólogo de alguien? La respuesta es NO.

Un psicólogo, con sus mitos y leyendas,es alguien que vive en el mismo mundo que tú, con sus vivencias buenas y no tan buenas, a veces con dudas y preguntas. Sólo que tiene una linterna y un mapa, además de valentía para acompañarte. Es una persona normal, fuma, bebe, baila, ama, tiene sexo, igual que todos. Como en todas las profesiones, hay apáticos, drogadictos, arrogantes, corruptos, faltos de ética, entre otras actitudes nefastas, pero también hay psicólogos excepcionales, inquietos por naturaleza, con personalidades exquisitas. Tal cual, como ser humano, nada le es ajeno y en lo humano, la perfección no existe.

Un psicólogo tiene que soportar que la gente hable de Psicología, sin tener la menor idea al respecto. Es de las profesiones más mitificadas del mundo, casi nadie ha leído el “Código de Ética del Psicólogo” pero casi todo el mundo habla de lo que debería ser o no hacer un psicólogo.

Bienvenidos

BIENVENIDOS

Aquí comienza mi nuevo proyecto donde pretendo escribir sobre psicología para el ciudadano de a pie que quiera saber mas sobre esta disciplina, que a pesar de suscitar gran interés a veces es confundida y malinterpretada por el desconocimiento.

Espero que lo que aquí se escriba sea de vuestro interés, sobre todo que al informarte de psicología  te lleves algo nuevo que incorpores a lo que ya sabías contribuyendo esto a tu crecimiento personal.

Esta información que por aquí divulgo la ofreceré de una manera muy cotidiana e intentaré que el lector se sienta identificado con cada una de las vivencias que contaré. Todo ello con un lenguaje informal y cercano.

También pondré en la cabecera de cada artículo el tiempo aproximado que tardará en su lectura, porque su tiempo importa y que sepa antes de leer cuanto ha de invertir, que seguro le recompensara el esfuerzo.

Que esta ventana se abra para que se vea el horizonte que se extiende mas allá de tu mirada, pasen, vean y lean.......