Tiempo de lectura: 6 min
Como primer artículo
que inaugura este espacio les presento un tema que veo crucial para entender la
psicología como disciplina y los mitos y
leyendas que circulan en torno a la
figura del psicólogo como su máximo exponente.
Según la RAE psicólogo es:” especialista en psicología y
persona dotada de especial penetración
para el conocimiento del carácter y la intimidad de las personas”. Esta
definición no deja de ser controvertida ya que puede llevar a confusión y de
hecho existe un gran desconocimiento acerca de qué es un psicólogo, ya que
existen muchas leyendas urbanas que lo elevan a la categoría de chaman moderno o lector de mentes que van por la vida
analizando a la gente.
Pues bien, en primer lugar decir que la definición que más
se acerca a la realidad del significado de psicólogo es: una persona, que tras
estudiar la licenciatura en psicología o el grado en una Universidad, ha
adquirido los conocimientos suficientes para
el abordaje científico del comportamiento humano y como tal es
especialista en psicología. Por lo tanto la psicología por sí misma no es una
cualidad innata que se posea o no, que lleva a algunas personas a decir “esa
persona tiene mucha psicología” confundiendo la psicología como ciencia que
estudia los procesos mentales con
algunas habilidades y características que pueda poseer una determinada persona,
como pueden ser su empatía para comprender a los demás, su intuición, su habilidad para convencer, para escuchar y
comprender las vivencias de los otros, etc. Estas habilidades son importantes
para un psicólogo, por supuesto que sí, y dependiendo del ámbito en que
desempeñe su trabajo, serán esenciales ya
que forman parte de sus “herramientas” para unos buenos resultados en su
quehacer profesional. Pero solo teniendo esas habilidades y sin los
conocimientos específicos que aporta la titulación acreditativa no se puede adquirir la categoría de psicólogo como persona formada en la
ciencia del comportamiento y por ende científico.
Imagínese querido lector que alguien que le gusta mucho la
arquitectura, pero no tiene la titulación de arquitectura, y que conoce bien
diferentes tendencias arquitectónicas, sus nombres, como se hizo determinadas
obras, la maquinaria que se utilizó para hacer un determinado puente, los
materiales utilizados, porque se
pusieron los tornillos así y no de la otra manera, etc. Después de tener una
conversación con esta persona, y posiblemente me quede impresionado, digo “esta persona tiene mucha arquitectura”
¿cómo suena? A mí me suena como si alguien de manera innata
tuviese mucha arquitectura como un rasgo de personalidad que se tiene o no. Esa persona en concreto
¿podría hacer un puente al igual que
alguien que “tiene mucha psicología”
puede ser el psicólogo de alguien? La respuesta es NO.
Un psicólogo, con sus mitos y leyendas,es alguien que vive en el mismo mundo que tú,
con sus vivencias buenas y no tan buenas, a veces con dudas y preguntas. Sólo
que tiene una linterna y un mapa, además de valentía para acompañarte. Es una persona normal, fuma, bebe, baila, ama,
tiene sexo, igual que todos. Como en todas las profesiones, hay apáticos,
drogadictos, arrogantes, corruptos, faltos de ética, entre otras actitudes
nefastas, pero también hay psicólogos excepcionales, inquietos por naturaleza,
con personalidades exquisitas. Tal cual, como ser humano, nada le es ajeno y en
lo humano, la perfección no existe.
Un psicólogo tiene que soportar que la gente hable de
Psicología, sin tener la menor idea al respecto. Es de las profesiones más
mitificadas del mundo, casi nadie ha leído el “Código de Ética del Psicólogo”
pero casi todo el mundo habla de lo que debería ser o no hacer un psicólogo.