miércoles, 22 de mayo de 2013

Conformismo: Resultado de ser sociales.


Tiempo de lectura: 5 min.


Allá por los años 50 un inquieto psicólogo llamado Solomon Asch quiso investigar de que forma la opinión de un grupo puede influir en la conducta individual, lo que denominó "conformismo grupal". Para ello fue a un instituto donde se presentó como un oculista que iba a realizar pruebas de percepción del tamaño y llevó a cabo un sencillo experimento. Para ello  organizó a un centenar de jóvenes en grupos de ocho personas donde siete eran compinches del investigador que les dijo que tenían que responder incorrectamente  y  un octavo "coballa" desconocía de que iba todo. 

Posteriormente iban pasando cada grupo a una sala donde se les mostraba una serie de láminas en las que había dibujadas cuatro líneas verticales numeradas, de las cuales dos eran del mismo tamaño, y se les preguntaba que líneas eran iguales. La respuesta estaba clara y no daba lugar a dudas. Esto se hacía de tal forma que el que desconocía todo contestara en último lugar después de que el grupo uno a uno  se decantara en voz alta por la opción incorrecta . Para disimular un poco dos de los compinches respondían diferentes respuestas al resto pero siempre incorrectas. Este ejercicio se repitió de la misma manera con diferentes grupos una veintena de veces por cada voluntario "coballa" que participó en el experimento.

Los resultados fueron muy esclarecedores a la vez que sorprendentes, solo el 25% de los "coballas"  mantuvo su criterio firme según lo que pensaban, el resto se dejó influir y arrastrar al conformismo al menos en una ocasión por la visión de los demás. Tanto es así, que los alumnos "coballas" respondieron incorrectamente para no ir en contra de la mayoría. Finalizado el experimento estos alumnos reconocieron que distinguían perfectamente la respuesta correcta pero que respondieron mal por no decirlo en voz alta por miedo a equivocarse, al ridículo o a ser el miembro que llevaba la contraria al grupo. A día de hoy los resultados de este y otros experimentos parecidos siguen fascinando a los científicos que estudian el comportamiento humano.


Desde tiempos inmemoriales el ser humano se ha caracterizado por vivir en sociedad donde la colaboración de sus miembros contribuían a que la especie tuviese mas probabilidad de éxito. El grupo garantizaba comida de la caza y protección de los depredadores a su prole, no había tiempo de  discusiones innecesarias que pudiesen separar el grupo, ya que podía poner en peligro la supervivencia. 

Pues bien, ahora se lanza una pregunta ¿ estamos influidos mas de lo que pensamos por lo que hacen o piensan la mayoría? 

La conclusión que se desprende de todos los estudios es que estamos mas influenciados que lo que pensamos y para muchos la presión que les supone el que dirán o el que pensarán se antepone a sus creencias personales incluso a sus planes, que en muchos casos supone una    frustración profunda. 

De una forma inconsciente muchos tememos llamar la atención en exceso, e incluso a boicotearnos para no salirnos de la zona de confort  marcado por la mayoría , por temor a diferenciarnos del grupo social al que pertenecemos. Esta puede ser una de las razones del porqué nos da miedo hablar en público y expresar lo que pensamos, dado que esta situación nos puede llevar a la creencia infundada de rechazo.

Este "conformismo grupal" puede desvelar y poner de manifiesto algunos aspectos no tan buenos de la condición humana: uno es la falta de autoestima y de confianza que manifiestan algunas personas que creen que su valor como persona que se expresa libremente está en manos de lo que piensa la mayoría. Y otro es que algunas personas tienden a condenar el talento y el éxito ajenos aunque casi nadie lo reconozca abiertamente. Esto último pone al descubierto la tan temida envidia que nos conduce a poner el foco de atención en las carencias, las cuales se magnifican cuanto mas se piensan en ellas,  y lleva en muchos casos a la infelicidad continuada.

¿Cómo se puede superar el efecto negativo del "conformismo grupal"?

Pues bien querido lector/ra si usted se ve reflejado en los efectos negativos del conformismo, que aquí se ponen de manifiesto, y siente que los demás están siempre mejor, la receta es sencilla. Primero sea consciente de ello y sepa que como persona tiene derechos asertivos que consisten en expresar lo que piensa o siente respetando la opinión de los demás,  y que es totalmente compatible ser distinto y seguir al grupo. Y segundo en vez de sentirse mal por el éxito del otro aprenda a admirar y a aprender de las cualidades y fortalezas que han permitido a otros alcanzar sus metas. Al igual que el niño imita al adulto para adquirir habilidades, seamos niños en ese sentido. Transformar la energía negativa que desprende la envidia en positiva para canalizarla y emplearlas en nuestro crecimiento personal. Porque si bien lo que codiciamos nos destruye lo que admiramos nos construye.

Si usted no puede estabilizar su autoestima, "el conformismo grupal" lo ahoga y no es capaz de hacerle frente solo, no lo dude y acuda a un psicólogo especialista que le ayudará a superarlo.

Nuestra imperfección nos hace únicos e inconfundibles.


Domingo Martín Déniz. Psicólogo Masters en práctica clínica en salud mental.


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